Duerme la tormenta, en tu vientre acallada
Duermen los fantasmas callan sus bramidos
Tú en mis brazos contenida
Aun quedan rémoras de la pasión en tu piel,
la luna besa, hebras blancas sobre tu cuerpo derramadas
La brisa invade en silencio la tibieza de tu pecho
Revolotea en tus cabellos
cual si fueran mis dedos hechos caricias en la noche
Asoma el alba en tus ojos,
los labios se deslizan despidiendo
a pasitos diminutos,
tu cuerpo De amor mi boca toda te toca