Fuera lejos de la gran ciudad,
el campo se vistió de primavera...
Las aromas perfuman el regazo
de la novia.
Es que él le prometió con luna
llena boda.
El zaguán se adornó para
tal ocasión con clavelinas
silvestres blancas y amarillas.
Las luces de las papilochas
completaron el lugar
para celebrar la unión de
Jesús y Marianella,
La novel pareja saludaría en
el jardín a familiares y amigos.
Todos cantarían y le harían
una gran ronda para darle
muchas bendiciones y fertilidad...
Marianella no sabría que en la
noche ya quedaría viuda,
y anulado su matrimonio
porque no pudo ser
consumado...
Cuando entre tanta emoción
Jesús a la edad de treinta
y cuatro años su corazón
dejó de latir.