El aire trae el recuerdo
como un río helado,
las estrellas unen sus manos
que como luz se doblan
en la mente de un extraño;
me sienta perfecto
el traje de mendigo.
Un halo blanco me circula
los ojos y el pelo,
el paso se torna lento,
el respiro suena herido;
se sueltan los pies del suelo,
piensa la mente
que el corazón tiene alas.
Un deseo se hace carne
que te ruega y reza.
\"Que no acabe la noche\".
Un segundo ha cesado
soñando que te pierdo;
un segundo primero,
luego un siglo.
Sueño despierto
que vienes y te vas
como moneda de plata
sin cara ni cruz,
sin suerte ni desdicha.
Cuando tan rico era
la realidad me sonreía,
era rey entre reyes,
era libre de mis cadenas,
no presentía tu mirada
ni la nieve se cernía.
Como un río helado
has pasado por mi mente y
todo se detiene;
todo tiene tanto sentido.
El recuerdo se transforma
en olvido,
un hito marca mi vida,
una rosa de los vientos y
un obelisco.
Me mira una mujer y yo la miro.