Noche lúgubre, eterna soledad,
suspiros derraman miles angustias,
cuerpo sediento, infame ansiedad,
boca árida por sed de tus besos.
Piel clama ardiente afectividad,
ferviente pasión, ilumina sombras,
prosigue el reloj en fidelidad,
anhelos enormes encarcelados.
Labios sollozan con religiosidad,
el deseo mórbido de caricias,
atadura sin detención y piedad,
dementes en perfumes eróticos.
Agitados con ferviente vanidad
lascivos gimiendo en el silencio
éxtasis de sentimientos hallados.
Amantes desnudos con voracidad
vinculados sin tapujos al tiempo,
se derrumba al alba los anhelos.