Comprendí que la felicidad, no consiste en recibir, un regalo envuelto en papel de seda, sino en el aroma del capullo en flor, de una rosa, y quizás una gardenia.
Comprendí que el Amor no es una palabra, sino un abrazo, un beso,
y hasta una simple y dulce mirada.
Comprendí que llegar al cielo, no consiste en vestir un hábito, o llevar por fuera una mantilla, ni tampoco de la mano un rosario, sino el abrigar Amor,
para darlo, cuando éste más, se necesitara.
Comprendí que algunos tienen, el Amor en su mesa, en su cama, y también en las ventanas, y no disfrutan del milagro, de esa cercanía que los abraza.
Comprendí que el silencio, es más rico cuando lo callas, mientras por dentro le gritas, lo mucho que la Amas, y comprendí que mis palabras, son más dulces, si las pienso o las expreso, cuando llevan tu nombre, mi dulce amada.
Comprendí, que las mañanas, arruman al cielo mientras tú te levantas,
y que el trino de un gorrioncito bello, acaricia como como canto de Dioses...
en mi membranas... porque te Amo, porque me Amas, porque hasta el cielo se regocija, de verte tan linda por las mañanas.
Comprendí que el rocío, no es agua de mañanitas, sino un regalo del cielo, para alimentar las esperanzas,
Comprendí que las flores, llevaran todas tu bello nombre, para recordarme mientras camino, que el Amor no tiene reparos, en perfumar con dulzura, cada uno de sus colores.
Comprendí, que aun no comprendo muchas cosas... como el por qué seguirte amando, a pesar de tu silencio, y sin tu aroma de rosas rojas.