Me pides cantos de amor
que diga que te amo tanto
que no hay bajo el cielo en manto
al igual a este fervor
Vienes con un frac guarnecido
con colores e hilos, que ojalá no hayas conocido
y mientras me ofreces las cuerdas
tu mirada se asoma bajo un camuflado
que la contemplarlo me arranca
en retazos recuerdos
que me sangran el alma…
Solo quien ha visto la guerra
desde la veintinueve pulgadas
es capaz de jugar con esos términos
que a América le duelen en el alma
Pero hoy te vengo a hablar
de un amor demencial
que siempre he confesado
y es poco correspondido
mas no por eso disminuido
Amo todo lo que respira
y es mi amor de aquellos
que desde mi interior se inspira
hasta a morir por vos… ¡o por ellos!
sin esperar reciprocidad o recompensa
Amo a mi América unida,
esa que estaba antes que…
que llegaran con sus piedras,
a poner cercos y muros,
para írsela relevando
llamándola propiedad privada
Si desde la Patagonia
hasta Kaffeklubben
la tierra tiene el mismo color,
los bosques son igual de verdes…
la piedra cae igual desde arriba
y si no la vez al pasar
¡cuidado que te tropieza!
A veces quisiera ser
como este retazo de tierra
que igual ama a quien le ama,
que aquel que de ella se enseñorea,
y para obtener fútiles estipendios
atenta contra su integridad
y su innata soberanía
Igual calma la sed el Missisipi,
como lo hace el Amazonas,
del que cuida su caudal
como del que sus aguas envenena,
o de aquel que aprisionándolas
las procura moneda para trocar
A veces soy esa piedra
que odia las fronteras
pero el cantero colocó
como base del muro que dividió
dos retazos de tierra,
dos intereses, dos ideas…
y llora y tiembla,
pero sigue siendo
piedra de tropiezo,
muro de frontera