Hoy mi alma es un paisaje
de la vida, de su vida, de momentos,
hoy mi alma nadie ultraje,
que está herida
y errante vaga sin entendimiento.
Me asalta tu nombre en esta tarde de azahares
corre una brisa salobre que reconoce mi cabello.
Echo de menos la llanura de tu sonrisa,
la danza de tus manos sin rasgaduras,
tus ojos en letanía descendiendo mis senderos.
Hoy y siempre, te echo de menos,
y no encuentro más que el silencio de la hierba
o el ruido de mis labios de hoja moribunda.