Una gota de rocío pende de la flor,
la protege del sol el árbol en su sombra.
Es en la blanca esencia del jazmín
donde la gota se mece desde el alba
sabiendo que en un soplo del tiempo
su gloria se irá calladamente.
Pero allí, mientras espera sublimarse
refracta la luz, rocío en flor,
mostrando matices de la lluvia
y ensalzando el blanco del jazmín
que se siente en el sereno, puro y fresco.
Ceremonia ritual, entre la flor
y la gota del rocío que viene del origen.
Inadvertidamente la gota pende de la flor,
sin saber que las observo y que serán canción.
De mi libro \"De letras nacidas entre poetas\". 2013 ISBN 978-987-1977-03-1