Bogotá 28 de Octubre,
Señorita, la saludo esperando nuevamente que algún día me lea en las mejores condiciones, es decir, siendo muy cercana a mí.
Quería contarle que estos días han tenido tintes más alegres de lo normal, gracias a esa aleatoriedad que me ha llevado a compartir con usted un poquito más. Estoy muy agradecido con Dios por cada minuto que me brinda a su lado, y aunque no soy un hombre de muchas oraciones, últimamente elevo plegarias para que coincidamos más a menudo.
Es curioso escribirle porque tengo tantas palabras y a la vez se me escapan otras tantas, como ya le comenté en nuestro último encuentro, usted me hace \"borrar la cinta\". Creo que por eso usted ya pudo observar un poco de mi lado más torpe y otro poco de mi lado más gracioso, y pido de corazón que no me haya asumido como un frívolo, por eso le expongo un poco de mi lado más sensible, que tengo el 90% de certeza será de su agrado.
Nunca cambie conmigo, yo no quiero cambiar con usted, mire que me tiene en una línea de tiempo complicada, entrenando mi paciencia y mi fé, escribiendo lo que hace mucho tiempo no escribía.
Ya para despedirme en tiempo presente y saludarla en tiempo futuro, le pido honestamente que nunca suelte su espontaneidad, no deje migrar sus bailes sutiles a la quietud, no deje caer su promedio de alegría y por favor no deje de ser tan sencillamente maravillosa.
Con cariño,
Sir Cristhian