Estoy en profunda noche
apretada y sólida,
pujo hacia tu nombre
y quiero gritarlo
pero mi pecho alquitranado
no alcanza la voz,
que está y que no responde,
De modo que este muro
de angustia se prolonga
a lo ancho de la noche,
y el esqueleto que soy
y que no seré mañana
por ese túnel de sol y vino,
aunque no parezca,
aunque siga vivo.