Corren rápidas las nubes
los vientos del sur las atizan
y el eucalipto grande rebulle
sus hojas verdes y cenizas
Revuelan gasas de seda
dibujando grises azulados
y ella como linfa queda
en sus matices dorados
Fugaces los rayos del sol
que el ritmo pélvico guía
de mariposas sin control
en premedita anarquía
Aires de rojo candente
de las fumarolas vuelan
y chorrea por su vientre
falsa lava que no quema
Quedaron sobre la orilla
los nenúfares varados
y sorprendidas las garcillas
de sus suspiros, volaron
Corrió el verde lagarto
bajo la húmeda hierba
como lágrimas sin llanto
de sus ojos en guerra
Detuvo el eucalipto grande
su hojas cenizas y verdes
y el viento ya no expande
las nubes que se pierden
Y las sedas que volaron
desde el árbol que se alza
dos cuerpo amortajaron
de gris y azulada gasas
que se dejaron morir
como la Mantis, ya preñada.