Amad todo sin fronteras
sin que te encadenes
porque quien nada tiene
vivirá sueños sin quimeras.
Los adultos somos eternos
nostágicos,
de unos tiempos lejanos
y mágicos,
cuando la muerte no parecía
muerte,
estar vivo era solo cuestión
de suerte,
cuando dar o recibir un
beso,
era algo inenarrable algo
así como caer en un
embeleso,
que dejó en el alma un
recuerdo imborrable.