El fuego abrazadór que tu corazón desprende, está lleno de amor y de una pasión que no se apaga aunque guardes ese rencor.
Me deslice por tu cuello y tu espalda acaricie con mis manos y mis besos hasta saciar nuestra sed, llegando a tus senos donde escuchaba los pálpitos de tu corazón.
El fuego me consumía y en tu boca mis labios se derretían de la pasión que llevas dentro, una lucha entre dos cuerpos se debate en nuestro lecho, tu sonrisa es profunda y tu voz apaciguada, el amor que consumimos reposa feliz en las almohadas.
© José Cascales Muñoz
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29 de Octubre 2016