Ramón Bonachí

La ley de la selva ( octavas reales)

Un grito inesperado y alarmante
anuncia el despertar de un nuevo día.
Otra vez este crápula gigante
gran señor del terror y la agonía
con el miedo de fiel acompañante
va anunciando una nueva cacería.
No hay rincón que proteja mi presencia
de las fauces de un rey sin indulgencia.
.
Es la ley de una selva misteriosa,*
es la ley de un monarca poderoso,*
y no hay dama ni ninfa generosa
que cambie lo implacable por lo hermoso.
El día no parece ser gran cosa
si vives prisionero y temeroso,
la noche sin embargo es al revés
acerca las estrellas a mis pies.*
.
Viviré como pueda mi tormento,
pues no soy ni mejor ni diferente,
y si llega el fatídico momento
en que pierdo el futuro y el presente
que sepáis que no habrá remordimiento
por parte de un monarca maloliente.
Solo espero que purgue su pecado
y que muera también descuartizado.