En tus labios hallé
sabor de la soledad
En los mediodías de
estío
Cuando tus miembros
me acogían vencidos
de amor
Eran tiempos de amor
presuroso
Abdicando de promesas
hechas
Dando paso a la infidelidad
De un amor tumultuoso
Verdadero y carnal
Me tomabas la mano
escondiendo sonrisas
hablando en susurros
Detrás del noble roble
Con mano propia herías
tu tierno sur