Que mas da si en la soledad nocturna
recuerdo tu nombre despreocupadamente un poco,
pues no seria llamado cabalmente loco
sin haberte consagrado antes mi divina locura,
y que mas da si en el viento de la noche te llamo
sin esperar acaso respuesta alguna
que se pueda conocer,
que mas da llamar
erradamente a este placer penumbra,
si la aislada luz que me alumbra
no es mas que la oscuridad
de mi divino placer...
y que mas me da saber
que es inútil recordarte todavía,
si en esta soledad sombría,
como un loco soñador triste
mi corazón revive el medio día
de un amor que se fue,
pero que en secreto existe,
bajo el silencio tuyo y esta noche mía,
divina mujer...