Mariposa marina
Porque siempre hay quien...
Hay quien me levanta la rara sospecha, que se enamora, que juega, de quien me agrada estar cerca. Con ese que cruzo miradas y atesoro sus sonrisas, el que da la vida si se le solicita, ese que aprende cuándo es preciso alejarse, ese al que creo querer y me hace temer. De pronto pienso detenidamente, ¿hay quien realmente me tienta a arriesgar? Por ahora dejo a este verso sin respuesta y espero con paciencia a que se me aparezca, con la luna, con estrellas y me dedique un cometa.