No me busques entre sábanas de seda
ni en acolchadas almohadas.
Ni en la espuma de la bañera
ni en la penumbra de las velas.
No me busques en dulces besos
ni en caricias apasionadas.
Ni en románticas palabras
suavemente susurradas.
No estaré ahí...
Búscame en bares de mala muerte
de los que huelen a whisky de garrafa.
en los callejones oscuros,
en el asiento trasero del coche.
Búscame en medio de la noche
mientras acaricias tus pechos.
En los sueños prohibidos,
en la humedad de tus bragas.
Búscame en los azotes,
en el fuego de tus nalgas.
En la lengua que te lame,
en las ásperas manos apretándote.
Búscame en palabras obscenas
en miradas que te arrancan la blusa.
En las cuerdas de tus muñecas,
en los barrotes del cabecero de la cama.
Búscame en el colchón hecho añicos,
en las medias rotas,
en la falda levantada.
Búscame a gritos
al llegar la mañana,
cuando estés sola y excitada.