Luis Mario 81

Anthea

Miradas ambiguas, sonrisas, espasmos, silencio 
canciones, recuerdos aislados, secretos, susurros;
un techo ajeno con reflejos proscritos, un grito apagado,
dos cuerpos engranados, el lecho flanqueado, silencio.

 

Abstraído en la sustancia de tus labios, embriagado
no percibo la constricción, sutil asfixia
la presión justa que a su tiempo, tu tiempo
detendrá cada latido, cada palabra, cada afonía.

 

Me detengo, respiro, resuelvo: ¡Sálvate!
Inmóvil, absorto, aletargado, balbuceo
Pupilas dilatadas, garganta seca, sudor frío
Te veo distante, me siento distante, etéreo.

 

Nos observo desde el reflejo y concluyo;
destrozaste las barricadas en una sola embestida
derruiste las murallas, vaciaste las trincheras
al son del candombe, de la murga, del negro Rada.

 

Derrotado, alienado, conquistado,
me resigno, claudico, bajo mi estandarte
tomas posesión de las tierras devastadas, abrasadas
por la incandescencia que emanan tus escamas.

 

Inhóspito lugar donde me encuentro ahora,
no podemos saber si habrá un mañana,
me sumerjo nuevamente en tu mirada, total
las polillas se cuecen en las flamas.