Había una vez un loro que se llamaba Paco. En su jaula de oro, el casi siempre permanecía. Entonces, su dueño que era un muchacho joven, pero, no con tanta suerte en el físico, porque era medio “feito”. Decide aventurarse en la vida, e invita una joven a su departamento, y cuando esta entra al departamento decide hablar con el loro. Y el loro la mira y dice…
-“bonita muchacha”-...dice el loro…
Y ella lo observa y le pregunta:
-“¿Como te llamas lindo lorito?”-, dice ella…
Y el loro no le contesto y quien le contestó fue el joven “feito”. Y el loro cada vez que lo miraba le decía el loro -“feo, feo, feo, feo, feo”-... Y un mal olor sale entre ellos sin saber que era. Y la muchacha lo mira y dice para su interior: -“es verdad, es feo este muchacho”-. Y, ella se marcha del departamento y consigue tomar el autobús y va tan pensativa que decide tener una aventura con el muchacho que aunque es “feito” siente algo bonito por el. Al otro día de mañana va de visita, otra vez, la joven y habla con el loro y le dice:
-“oye, loro, ¿como te llamas tu?”-...
Y el loro no le contesta, solo lo que dice es “feo, feo, feo, feo”...
Y se sientan a dialogar un rato, entre la joven y el joven en el sofá. Y se dice que sienten un mal olor entre ellos y el loro continua diciendo: -“es feo, feo, feo, feo”-.
Y sin saber que era un peo que se había soplado el joven.