Él es noble,
oscuro y fiero,
orgulloso capitán
de un ejército altanero.
Ella altiva
marfileña de tablero,
esposa y talismán
de un monarca pendenciero.
Él la quiere.
Ella le ama.
Él suspira por la dama
Él trama con argucias,
con astucia y sin perdón,
el plan de su conquista :
por la izquierda, sus peones
seguidas de un torreón.
( un ataque suicida
con la muerte por patrón.)
Los blancos son aguerridos
y defienden el honor.
Más en la trampa
han caído por su orgullo y su valor.
Comienza la batalla.
Una lucha feroz en porfía de la dama.
Ayes. Gritos. Espanto.
Una orgía de dolor
y una guadaña esperando.
Los blancos luchan y vencen.
Los negros, vencidos son.
...Y en diagonal el alfil
huye del campo, veloz .
Cercano ya de su dama
se le nubla la razón,
con la visión cegada
y cegado el corazón.
El blanco rey,
- mientras tanto -,
espera artero y traidor
con las espadas en alto.
Y atacando por el flanco
con violento ademán,
hiere de muerte al corsario.
Así la historia sentencia:
En la guerra y el amor
hay que tener conciencia,
estrategia y corazón,
una visión muy amplia
y una gran concentración.