1. Dulcísima pasión
Dulcisima pasión de mi sosiego.
Silencioso mi amor es cuán callado.
Eres norte sin luz -hoy derrotado
dejo en las alturas amor de fuego-.
Desoyendo ibas mi voz, que mi ruego
te llevaba un querer desmesurado.
No existe tal amor, no hay tal cuidado
y bajo la sombra viviré ciego.
Qué decir hoy ya, qué de tu belleza.
Entrame el veneno ,aun por los sentidos,
en este caminar de inquieta calma.
Respiro ya dentro de mi firmeza.
No me diste el amor bajo los guindos,
has desestimado el calor de mi alma.
2: Oh cuidado
El vivir, mi cuidado; el sentir, pena.
De olvidos me cargo; salgo luego...
Pongo por farol del amor el fuego;
del corazón, eslabón en cadena.
Mi entereza halla escollos; y en la arena
multitud de congojas que navego,
siendo la estrella mi guía y sosiego;
mi suerte nunca clara ni serena.
Entrame la esperanza que procuro.
Disparo varias flechas digitales
a la fortuna desde mis retiros.
Seco mi existir en el andar duro
no ha deseado ventear los males:
se los llevó el aire de los suspiros...
(Salvador)