Odio el vagido llanto de palabras huecas,
gelatinoso camino de mascaras adormecidos.
Esa cadena en los cuellos, al igual que un yugo,
locos que en las piedras, firman su sentencia.
Acaso pretenden el nuevo formato, pintado de sombras,
sobre las cabezas, esferas sangrantes por unas palabras,
usadas tan solo para la madeja.
No sigo la senda, pinto otro camino,
las almas que votan, apartan su luz,
brillo entre mis sombras, lideres no quiero,
aunque quede solo soy fiel a mi cruz
Cuando el sol se abra y muestre su centro,
ciegos de nescencia, verán la verdad,
pero será tarde la vida es muy corta,
sobre la soberbia danzando se irán.
Siempre en lo sencillo queda la semilla,
llorando injusticia detrás de unos ojos,
que espera al verdugo que corte sus alas,
el filo del hacha bajo un cielo rojo.
Las burlas y risas deshacen disfraces,
de lindas ovejas pastando las vidas,
la hierva en sus dientes esputa mentiras,
y las regurgita sin ser digeridas.
Salve el hombre al hombre, de su negligencia,
de gris altruismo que viste su estampa,
sobre la campana , columpie su lengua,
lave su mirada, libre de aguas mansas.
Dolores Egea( Lolaila)