\"Oh mi Dios del cielo,
Perfección odiosa que tanto anhelo,
Sé una vez más mi consuelo,
Y escucha mi desesperado lamento.
Oh tú que todo lo ves,
Cuida cada uno de sus pasos,
Tú que estás en todas partes,
Hazle llegar miles de abrazos.
¡Oh! tú que todo lo puedes,
¡Oh! gran cónsul de la humanidad,
Escucha mi plegaria temerosa.
Impide que quemen sus cicatrices,
Y que no se la lleve la eternidad,
Que en tierra no se pudra la mujer más hermosa.\"