Al oído desgastado
lo olvidé lejos de aquí
el que siempre vuelve a mí
y me cuenta dónde ha estado,
cual viajero desvarado,
que entre muchas aventuras
me comparte sus fracturas
con ayuda de los labios,
viejos cómplices de cambios,
que motivan tus figuras
Mas los ojos son testigos
de tu intenso mirar crudo
mientras de tu tacto mudo
son huérfanos los amigos
desplazados de tu ombligo
se ocultaban en tu piel
dibujando un gusto a miel
esperando algún momento
para romper el silencio
al que siempre fuiste fiel