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**-La Estrella sin Titilar - Cuento Corto-**

Había una vez una habitación llena de tanto frío que el joven de apenas veinte años sollozaba en su dormitorio por el frío tan denso y congelador que había allí. Su corazón siempre helado por el frío, se frizo tanto que era un témpano de hielo tan frío como la estrella que sin brillar miraba desde lejos en su habitación. ¿Por que una estrella sin titilar?. Porque el se sentía así, como una estrella sin brillo. Y se sentaba en la orilla de la ventana a mirar de lejos a la estrella sin titilar. Y el mismo, se preguntaba, -“¿Por que mi estrella en el cielo no brilla mas?”-. Y un duende o gnomo le dijo en secreto que: -“sí tu corazón late con tanta fuerza, pues, miraras a la estrella titilar, pero, sino tienes animo nunca la veras titilar”-, y se indago de ver a la estrella brillar. Entonces, fue tanta la fuerza que latio su corazón, que a su vez, quiso ver a la estrella con muchos deseos de verla brillar entre tantas estrellas que flotaba en el cielo y que algunas eran tan fugaces como el corazón del duende. Y vio la magia del duende, flotar en el aire, cuando se vio a su estrella brillar y que quedo varado entre los escollos de aquel invierno desolado y triste. Y el joven creyó en su corazón, cuando por vez primera, sintió a su corazón latir con tanta fuerza como la gran proeza que soslayo entre las penurias de aquel sollozo del joven. Y creyó firmemente, en aquel viento que dejo frío a su corazón, cuando por vez primera, dejo de sentir a su pobre corazón. Y la estrella nunca mas vio su titilar, cuando el joven apenas sintió a su corazón latir como aquella estrella mágica de aquel invierno frío. Y creyó, que era su corazón que no veía a la estrella mas titilar, cuando por aquella vez, sintió a su corazón lleno de eterno frío. Cuando el joven, apenas se sintió lleno de escalofríos, cuando gratino la espera de una estrella tan fugaz como aquel viento. Entonces, se lleno de eternidad su corazón, cuando presintio, al duende y le dijo: -“¿como hacer latir a tu corazón?-”. El gnomo sintió el fugaz encuentro de detener a la estrella fugaz como aquel viento tan frío y fue tan original que fue tan nefasto el porvenir de aquella estrella fugaz como su corazón latir. Entonces, se debatió entre la espera de foljar un viento como aquella estrella brillar en el cielo tan desolado y con tanto frío. Y se dijo para aquel duende mágico, que, -“yo deseo que mi corazón pueda latir con tanta proeza como tu corazón latir”- Y el gnomo le dijo, -“quiero que tu corazón mire a la estrella sin brillo, pues no tiene brillo ¿verdad?, o es que, ¿la puedes hacer brillar con tu corazón?-”. Y entonces, el gnomo hizo que el joven sintiera a su corazón latir con tanta fuerza y le dijo: -“toca aquí con el índice de tu dedo de tu mano derecha a tu corazón en el lado izquierdo”-. Y el joven, a penas solo sintió frío abrumador y soslayo en la soledad por no poder ver a su estrella titilar. Y el joven, se dijo, que nunca mas sintió a su corazón latir porque la estrella no era estrella sino titilaba como el quería. Entonces, el gnomo salió una noche y le dijo en secreto: -“la estrella se quedo sin titilar porque aun no la tienes en tu corazón, solo da calor en tu corazón y la verás brillar”-. Y el joven, con tanta fuerza dio a su corazón calor como que, -“solo sintiendo el calor podrás escuchar a tu corazón latir”-.