La ventana del dormitorio
engalanada por la enredadera
de blancas flores como río
es paisaje de pradera.
Una noche despejada
con una brillante luna
entre sábanas rosada
era la alcoba de espuma.
Sería que ya soñaba
al sentir la suavidad
que subía y tocaba
cariñosa y con bondad.
Unas uñitas inquietas
mi piel que se erizaba
llegando como visitas
entre mis piernas tocaba.
Tranquila y muy calmada
ella quiere demostrar
su amor de noche callada
esa manera de amar.
Se entretuvo jugando
con un par de redondeces
ya estaba suspirando
porque esos toques eran a veces
Pensaba ya en el baño
de madrugada dar
para no producir daño
del gusto a enamorar.
Pero algo no cuadraba
en esa larga botija
las uñas ya la clavaba
esa traviesa lagartija.