Nuestro ser se esconde de nosotros, por esta noche
En el momento, donde nuestras almas juegan a escondidas
Con el secreto y el beso robado, donde el amante
Consagrando su pecado, se desvanece en los brazos de su musa perdida.
Que juego tan peligroso, tan pecaminoso, nos incita
A escondernos de nuestra conciencia, que se queja entre la sombras
Entre gemidos lamentando
Lo que vendrá la mañana siguiente
cuando nuestros ojos se libren de la penumbra
Silencia tu boca, conciencia alarmada de los actos incontrolables
Déjanos disfrutar del placer nocturno del olvido, de la pasión instintiva
Que en esta sombra efímera, tan cegadora de la cordura
Se estalla recorriendo las siluetas de lo prohibido.