Emprender el éxodo de los ateos
cuarenta años con un remo por la isla prometida
con pan ácimo como un hebreo.
Se que en sus costas está la bienvenida.
benditos sean los sones para un corazón opaco,
gemas africanas que entrelazan
latigazos de machetes en la zafra
y hojas vedadas de tabaco.
Cuando te veo Habana vieja descascarada
quiero aprender a trovar con esa herida
por tus recovas apuntaladas
mis monedas están jugadas y perdidas.
Hay un huracán sin la espoleta
y tanto..., tanto caribe por tu malecón
noche afuera por una muchacha me creí poeta
y destilé mis lágrimas en su ron.
funerales de rojo luto caribeño
por otra Ítaca a la que Ulises no volvió,
Penelopes que destejen de sus sueños
besos que nadie devolvió.
Habana, me voy sin saber cuando e venido...
deje mi guayabera colgada en tu balcón...