Inquietos reclamos
marcan huellas que lamen regresos
Las ventiscas
dibujan horizontes
solitarios navíos
náufragos
Al regreso
heridas lejanías alertan del adiós
sin caracolas ni chimeneas
Sólo el arreo de nubes
decoloradas
plenas en cantos verbales
de otros mundos
vibran el alma
Mareas que traen la botella vacía