Ella:
No puedo sentirme culpable de
quien soy porque no soy del todo
responsable.
Si al cabo del tiempo te desdeñé
fue después de luchar contra mis
creencias y mis pensamientos y mis
miedos, que me instilaron ya entre
pañales.
Él :
Te Quise con todas mis fuerzas.
Me entregué hasta decir basta.
Sin darme cuenta me fui alejando
de ti para ponerme al abrigo de una
soledad amiga, dispuesta a abrazarme.
Tus exigencias me empujaban hacia
mis adentros.
Ello:
Somos víctimas o somos beneficiarios
(según sea el caso)
de las primeras vivencias,
de las primeras palabras
que reciben nuestros oídos,
que hieren nuestras vistas,
que tocan nuestros dedos,
sin que quepa Prometeo
en nuestras venas que enarbole
llama alguna contra ningún Zeus,
dios harto poderoso,
rey de nuestras tinieblas.