Siento en soledad tu piel caliente
cuando cierro los ojos en las noches.
Siento el corazón acongojarse
y el alma me reclama tu presencia
cuando el sol abre mis ojos cada día.
Siento en soledad tu ausencia plena
y sabe mi interior que es para siempre;
que el delgado cristal de la confianza
no puede repararse si se rompe.
Siento en soledad tu piel caliente
que inflama los trocitos de mi alma,
dejando al corazón sólo cenizas
de aquellos sentimientos que albergaba