Lo que se dice y no se hace
se deshace,
tal y como se borra
la arena en el mar,
la duda de nadar,
la culpa en los demás.
El discurso que mistifica
es un niño que no aprendió a contar.
La mentira tiene manos
para poderlos restar,
pero todos ellos están.
Y está bien que
te pueda hacer mal,
negarse una pena
es pensar que no hay nadie más,
y se vuelve tan triste abandonar.
¿Cuándo fue la última vez
que alguien supo dónde estás?
Creo reconocer
que nada lo puedo saber
si todos nos resguardamos
alguna vez.
Entiendo desconocer tu piel,
la mía se ha perdido también.
Por eso fue que te miré,
para ya no ver
¿no es aquello desaparecer,
hasta que una respuesta
devuelve tu ser?
No aprendí a dejarme gustar,
el fin de buscar
es preguntármelo todo
una vez más.
¿Cuánto tiempo dura
volverse a encontrar?