Los otoños uno a uno
pasan, días solariegos
en horas multicolores,
el sol y su iridiscencia.
Forestal incendio en rojo
explosión esplendorosa
en ocre, en gris, en oro
sin flama, niebla o pavesa.
Arrítmico correteo
sin dirección por el suelo
de hojas que se escapan
deteniéndose y a prisa.
Tejen gigantes alfombras
los ramajes
desvestidos,
y en partituras de viento
escriben mil sinfonías.
Trinos, vuelos algazara
saetas vivas al cielo
crepuscular mantel azul
olor de cumbres y prados.
Caen a mi pie las hojas
pinta el insecto su senda
juegan los cerros rayuela
con un arroyo en contienda.
Sendero de hierba seca
cantera de pedernales
escalera rumbo al cielo
cantata de dulces aves.
Es el campo una acuarela
viento otoñal que deshoja
sueños, recuerdos, ensueños,
y a mi pie caen las hojas.
Bolívar Delgado Arce