Como los labios juguetones y amorosos del viento
que sueña
con las dulces caricias que el amanecer
derrama cada primavera
sobre los blancos cabellos de los almendros en flor...
Tu cuerpo desnudo del tupido velo que apenas cubre
con sus manos torpes
las nalgas blancas de la inocencia
se escapo una mañana soñando con el abrazo
que cada madrugada se esconde
entre las hojas encendidas del limonero
o en las notas sin voz de un piano que duerme
abandonado entre los escombros de un grito de rebeldía...
Cantando entre las alas de un suspiro laico
tu cuerpo sin ropa y sin pudor
busca en el vientre del sueño la libertad que nunca tubo.