¿Qué más da si de ganas ya carezco?
¿De escribir será que he desistido?
Y no por falta de palabras;
Que en mi corazón ya no hablas:
He ahí por lo que he sucumbido.
Con apáticos deseos marchitos yo me acuesto.
Para al alba encontrarlos sin haberlos revivido.
No por falta de emoción;
Pero no sería ocasión
encontrarlos vivos y jamás verlos cumplidos.
Sólo recuerda que a tus ojos habrá quien los mire atento.
Y de la belleza que esconden jamás podrá ser testigo.
Y no por falta de cariño.
Si en mi recuerdo escudriño
las horas amándonos que abrieron nuestros sentidos,
Del montón de cenizas retoñezco
Y en la hermosura que vi en tus ojos me extravío.
Y no por falta de orientación
Pero aún escucho tu canción
llamándome desde donde tú ya te has ido.