Algunos hombres buenos
son como sombras...
que laten puras,
entre zarzas deshojadas de disparos,
se nutren de la diosa azul y oscura
deshauciada en la noche de su paso,
son de piedra y de hierro herido y vacuo
se desnudan apenas crece su desprecio
se desatan en la hoguera de un tirano
acogiéndose a la espada de su rezo,
son de espera, sol... amor y duda,
en la patria desbocada
por su labio.
P.D.: A Osip Mandelstam... probablemente,
el poeta más valiente de todos los tiempos.