Y si te digo que....
Suelo mirar tus labios,
y escapar despierto
a ese lugar de ensueño
donde habitan tus besos,
o que a veces, o más precisamente
casi siempre, de manera inevitable
me imagino nuevamente ladrón
(como aquella noche de mayo
que supongo ni la luna olvida),
más aún cuando de tu mejilla
en un saludo o despedida,
me encuentro a ti tan próximo
entre mi boca y de tu piel,
y vivo, y cierro los ojos,
y soy capaz de contar hasta cien
de manera tan lenta y caprichosa
en tan sólo tres segundos,
sabiendome de nuevo
que cuando este tiempo se me pase,
me encontraré nuevamente arrepentido,
arrepentido de no haberte robado,
nuevamente un beso,
arrepentido..
como cuando un loco
deja de cargar el mundo
y siente este que de manera alguna
alguien más se ha llevado
una porción de su locura.
Yo lo sé, vale la pena...
perder el mundo por un beso,
por tu beso.
Lo que no sé,
lo que no sé, es cuanto tiempo resista...