Los avatares
crecen historias en cada puerto
Melancólicas
aletargadas
van tejiendo la vida
pasionarias huellas
estachas y cabos
silentes de secretas lágrimas
Sólo al arrullo de alcatraces
al adiós de barcos sin regreso
calma la soledad del marinero
hasta que los muelles
vuelven a la íngrima quietud