Estás absuelto.
No tienes pecados, ni culpas.
Estás inmaculado, sano, limpio, casto y puro.
Estás libre de pecado.
Absuelto transitas desde hoy,
liviano caminas, sin ningún peso en el cuerpo,
sin ningún peso en tu conciencia:
Puro. Salvado de todo.
Caminas absuelto: Eres otro, alguien distinto,
un desconocido para ti mismo,
iniciándote de nuevo.
Absuelto porque no son tuyas las culpas,
inmaculado porque no han sido tuyas
las manchas.
Han venido hacia ti
innumerables contaminantes,
miles de situaciones y cosas
puestas en el camino:
Enredaderas, encrucijadas,
ajenas a tus deseos.
No eres culpable. Nunca lo has sido.
Eres inocente ser en el paisaje civil y natural,
una vulnerable criatura, desprotegida.
Ahora, camina mirando y escuchando todo...
oliendo, saboreando, tocando...
En absoluto, tuyo lo que está a tu alrededor.
No es pecado: Palpa, disfruta por completo.
Estas absuelto de todo...
Tú nunca has pecado.