jorge enrique mantilla

ÁNIMA SOLA

ÁNIMA SOLA

 

Va rauda, moviéndose en una nube negra en remolino

Con su camisón blanco deshilachado, llorando su destino

Entre hierbas y árboles, manchando de sangre su camino

Andariega y vagabunda, cruzando montes y aldeas, asustando peregrinos

 

Presurosa, como alma en pena, pagando sin clemencia su penitencia

Sollozando lágrimas de sangre, de gemidos de cruel impotencia

Estremece con sus alaridos, el silencio de cementerios y su estancia

Con llantos de ultratumba, que hace eco de pánico, la convivencia

 

Lleva su cabellera larga, que arrastra toda desgreñada

De color blanco cenizo, como alma sin cobertizo

En las cuencas, brillan dos bolas de fuego en su mirada

De su boca salen gritos satánicos, de su sueño despertada

 

En sus largas manos huesudas, empuña una guadaña

Como garabato, que ensarta la mortaja que la acompaña

Buscando que se le atraviese la crueldad del peregrino

Que lleve a encontrar el sosiego de su sepulcro repentino

 

Su presencia arrastra vientos fríos de cementerios viejos olvidados

De lápidas corredizas, dejando entrever sufrimientos recordados

Del claustro nauseabundo, de pesadillas de sueños silenciados

Ánima en pena, de penitencias de laberintos, oscuros y extrañados

 

Vaga sin tranquilidad, buscando atravesar el camino del infinito

Dejando descansar al que encarnó del ser que llenó su requisito

Del pasado inconcluso, buscando la tranquilidad de su espíritu

Partiendo de la lucidez del sufrimiento que acompañó su juramento

 

Atravesaba el cementerio de bóvedas abiertas, “Mechabrava”

Buscando encontrar ánimas solas, para invocar, lo deseaba

Malhechor y ladrón, usurpador de tumbas, maldiciendo las acechaba

Escarbador de tesoros y guacas perdidas, hacer el mal, riéndose se vengaba

 

El ánima sola lo espera en su tumba abierta, con la guadaña lo ensarta y lo atraviesa

Allí tendido “Mechabrava” con bocanadas de sangre agonizaba

Fantasma del alma en pena, atraviesa el limbo que hacía años esperaba

Abandonando el sepulcro, el espíritu vuela al infinito, encontrando la paz soñada

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga nov 06-2017