Charlothe Bello

Alborada

Y bajo el cielo nuevo de tu cuerpo

espere impotente la aurora

luz matinal pristina,

renovadora de fuerzas

que ofreces al mundo un nuevo dia,

a costa de la muerte nocturnas de tus horas.

 

Y es que en este instante que

mi memoria en deshora olvida

será el recuerdo palpitante en atardeceres 

arcanos un día.

 

Para probar que abolida

nunca la llama de tu amor

Añora,

Y siempre presente la pasión de tu cuerpo

agora.