Puedes saber mi nombre,
puedes tratar de adivinar,
pero sin saber mi historia,
te conviene no opinar.
Tus palabras ofensivas ya no me dañan,
solo hablas de las cosas sin ganas,
Dime, ¿que daño te he hecho?
¿Acaso te lastimé y te di al asecho?
Es fácil confiar en desconocidos,
que dar cara e ignorar a tus oídos,
para algunos puta, para otros santa,
para unos poco conocida y petulanta.
Debería de aclarar las mentiras todo fanfarrón,
pero es más fácil la rima y adular su don,
de distorsionar la realidad a su antojo,
agregando mentiras dolientes
No me podrías creer si te lo dijera
Pero poseo dos vidas como cualquiera
Aquella de la cuál me levanto cada día
Y esa que me inventa el de la esquina.
Podría parecerte poca cosa opinar,
Agregar esto, aquello y lo otro.
Pero porque hacerlo si no te incumben
Tanto mis deseos como mis anhelos.
ELENA HAKKINEN