Suelto tus manos, me desprendo de ti
Con silenciosos lamentos internos.
Después de tanta distancia, comprendí:
El amor no se pide, va por dentro.
Arrepentirme sería ingrato,
Contigo tuve el corazón contento.
Mas el adiós, hace ya tanto tiempo
Dejó en mí sentires de asfalto.
Pues yo sé bien cuánto te he amado.
Esa nostalgia que en el pecho siento
No ha sido causa de ningún desliz.
Es solo mi corazón resignado,
Que se guarda, aunque a destiempo
Esa certeza: poderte hacer feliz.