Allá... donde el impuro labio sueña,
y recoge el triste viento su lamento
se despeña la cometa de mi boca...
entre zarzas destiladas de entretiempo,
y vierte su corona herida y bella...
en el lago susurrado de mis días,
entre pétalos...
desnudados de amapola,
por la gracia
desbocada...
en que se admira.