¿Por qué si toda tu vida
fuiste un desastrado,
te ponen para encontrarte
con la muerte guapo?
No eres más tú si te visten
con harapos.
No eres más natural enseñando
el pecho como un descamisado.
Sin embargo si había que respetar
la etiqueta
te vistieron muy formal como un señor
con empaque,
solitario pensador tras la fiesta
en el parque,
volvías a ti metiendo el vestuario
en la maleta.
No eras pobre de verdad
pues al hablarte te delatába
lo que salía de tu boca
era pura ciencia.
Tampoco vivías de la caridad
de conocer el mundo
no se acaba
y eras conocido por
los mendigos como
su excelencia.