Al amanecer,
caminar por un pinar
después de haber llovido
la noche anterior.
Sentir el olor a tierra mojada,
a jara y a tomillo.
Una lectura serena
de un libro deseado e irresistible,
sin prisas,
teniendo todo el tiempo del mundo
para acabar de leerlo.
Confidencias al oído
en la orilla del mar,
las olas lamiendo tranquilas
los tobillos.
Contemplar un cielo azul
con nubes grises y blancas
desde lo más alto
de una montaña
con el silencio de compañía.
Un cucurucho
con castañas asadas
calientes
entre las manos,
contemplando un bosque
de hojas amarillas callendo.
Una tarde
tras los cristales ,
leyendo cartas de amor.
Y el cielo llorando
a mi lado.
Pararse a ver el arco iris
tras la tormenta,
empaparse de colores
y belleza.
Acariciar un gato
darle mimos,
sentir su ronroneo
de felicidad.
Vivir con flores,
aspirar su fragancia,
y disfrutar de su esplendor.
7-11-2017