Laurá, que hermoso es decir tu nombre
que hermoso es mirarte a los ojos y
ver en ellos la claridad de mi amor por tí.
Que hermoso es escríbir tu nombre con la
mirada de mis ojos y sentir tu aliento
en mi boca mientras me besas.
Pero que triste es cuando te alejas
ver tu caminar tranquila y nerviosa
dejando mi beso acalorado y tembloroso.
El viento que acaricia mi cara
pasa fugas y le digo,
dile que la quiero, que la quiero.