Déjame respirar halitos
de tu vida, hacer un hábito
de morirme en tus besos;
déjate ser quien me reviva.
Solo quiero un momento
a ciegas, un vistazo
al interior de lo que dicen
tus labios cuando estos
callan o cuando despiertan;
solo quiero secundar y
querer de este primer beso.
Bésame, anda, y devuélveme
el aliento cuando quieras,
o cuando necesites llevarme
por un instante al cielo.