Edmundo Vélez Alcívar

El Campesino (Segunda polaridad)

Benditas manos tiene un campesino

que acarician virtudes en la tierra,

con la frente en el llano matutino

y los sueños sencillos y sin guerra.

 

Su tacto es melodía en oro y lino

pues rebuscan los besos de la sierra.

Tiene su voz la terquedad del trino

del que sabe: la tierra nunca yerra.

 

La vida va encallando en las orugas,

rebosando la muerte de la esposa,

callando el alma el peso en las arrugas.

 

Va añorando su rancho y su beldad,

mientras su hijo, la mano en hombro posa:

-papá, llegamos a la gran ciudad.

 

(Fin de la segunda polaridad)

 

Pd: si por casualidad caen en mis letras, sean tan amables de escuchar la declamación del poema en el link de youtube.